martes, 16 de septiembre de 2008

Principios de la SAMM


Creemos que la Gran Comisión es un proyecto realizable para cualquier iglesia local en asociación y cooperación fraternal

Trabajamos con la fe que los proyectos de Dios, hechos conforme a la voluntad de Dios, nunca carecerán de la provisión de Dios.

Reconocemos que la relación fraternal es una herramienta poderosa en las manos de Dios cuando nos enfocamos en la salvación de los que no fueron alcanzados.

Valoramos la centralidad de la Palabra de Dios como fundamento de nuestra de, de nuestras prácticas y objetivos.

Desafiamos a las iglesias a evaluarse en base a su fidelidad en el cumplimiento de la Gran Comisión.

Dependemos totalmente del Señor para la provisión de recursos financierps, los cuales vienen de amigos, iglesias, organizaciones misioneras fraternas, asociaciones y el trabajo bivocacional como herramienta de la provisión de Dios.

Visualizamos el potencial de los obreros latinoamericanos para contextualizarse a diferentes culturas y condiciones sociales como una oportunidad de Dios por la cual vale la pena invertir nuestro tiempo y dedicación.

En virtud de los candidatos que el Señor levanta en medio nuestro desafiamos a iglesias y organizaciones misioneras asociadas a trabajar juntos para que el candidato llegue al campo misionero y reciba una cobertura espiritual en el lugar a alcanzar.

Enseñamos a cada candidato que la transformación del carácter por medio de una íntima amistad con Jesús y una obediencia a su voluntad serán las herramientas más efectivas para la evangelización de pueblos no alcanzados.

Confiamos en que el Espíritu Santo tiene una estrategia específica para cada pueblo y cada lugar. Por lo tanto buscamos que él muestre la estretegia adecuada según su sabiduría.

Creemos que las organizaciones misioneras trabajando juntos en cooperación pueden multiplicar su alcance e influencia en beneficio de los no alcanzados.

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